domingo, 23 de septiembre de 2007

sonatas




Era así, el piano iba por su lado y el violín por el suyo y de eso salía la sonata, pero ya ves, en el fondo no nos encontrábamos. Me di cuenta en seguida, Horacio, pero las sonatas eran tan hermosas...


Aunque no salgamos bien en las fotos, melonxuelo.

VIVIENDO DEL CUENTO


El caso es que durante el tiempo que estuve intentando arrancarla de la maldita mesa llegué a una verdad absoluta, de las que martillean la cabeza y se convierten en algo irrevocable: alguien la había puesto allí, para que otro alguien la quitara, y yo era el otro alguien y algún día me encontraría con ese alguien, y me contaría que una vez, en un momento exagerado clavó una chincheta en la mesa de una cafetería pensando que alguien la quitaría y un día se encontrarían....Y se contarían este cuento