domingo, 28 de octubre de 2007

Lo que nos quedó de Londres


Dicen que en Londres siempre llueve pero lo cierto es que nosotros no nos mojamos demasiado.

Empecemos por las maletas, que es como el primer paso de los viajes. El Capitán llevaba la más grande, claro, es el Capitán y un buen Capitán nunca se deja los mapas en casa, ni el catalejo, ni 500 mudas limpias de calzoncillos, ah, y creo que también llevaba un par de erasmus contorsionados. Estaban ahí escondidos, entre el champú y el jamón que le puso su madre antes de cerrarla, para que no vaya a pasar hambre su niño, que está en edad de crecer. A los erasmus se los llevaba a Brighton por si en esa ciudad no había ron para el pirata, Él iba preparado. Que no hay fiesta? saco a mis erasmus y todo arreglado, aquí paz y después gloria. Ni siquiera llevaba un diccionario, porque sabe casi todas las palabras del vocabulario inglés, y las que no sabe se las inventa, total, Anna se lo cree todo y estos ingleses beben demasiada cerveza como para tenérselo en cuenta. Creo que en la maleta también llevaba un pedacito de su ciudad, porque aunque el Capitán es un grandullón, siempre se va acordando de la gente que le quiere, es como un niño grande, bueno, muy grande.

César, ai, perdón, Caesar Caesaris, no podía ostentar de gran maleta, ni siquiera podía ostentar de tener unas buenas ruedas en su maleta, de hecho creo que llevaba una maleta vacía. Sí, sí, vacía, a pesar de ser el emperador de un gran imperio su maleta estaba vacía. Sólo llenaban el espacio vacío dos grandes chorizos y un queso tan redondo como el universo extraño del que procede. Por cierto, los chorizos y el queso también fueron gentileza de su bondadosa mamá, a la cual adoramos, veneramos e hicimos ofrendas en forma de sanwix durante cinco días. Pero es que hay gente a la que no le hacen falta demasiadas cosas para ser feliz. Se ponen la sonrisa para salir a la calle, se dejan la vergüenza en casa y, oye, a hacer amigos ingleses, que los videojuegos enseñan muchas cosas en la vida!. A María también se la llevó, pero creo que no estaba dentro de la maleta a modo de contorsionista como los erasmus, la llevaba más bien entre costilla y costilla, arriba de los pulmones exactamente, muy cerca de un músculo que bombea la sangre, no se como explicar, más o menos por ahí.

El melón llevaba lo justo, claro, y aún así le sobraron cosas, sabe vivir del aire, por eso está así de flaquito. Bueno, en su maleta me llevaba a mi, pero él no lo sabía, me escondí antes de que saliera de casa y cuando abrió la maleta en aquel albergue sin agua caliente ni ascensor se dio cuenta de que tendría que aguantar a una Anna durante unos cuantos días, lo hizo muy bien, como siempre.

Y con la maleta a cuestas empezamos a correr por Londres, subiendo y bajando las escaleras de un metro que valía demasiado dinero para unos españolitos de a pie. En la habitación del albergue cruzamos alguna mirada con la rubia de los pies feos, la chinita, la gorda, la norompasmásmipobrecorazón, y un par o cinco de adolescentes ingleses que vivían para dormir, ah, y dos valencianos que dejaron de valer la pena cuando nos enteramos de que habían venido para ver a Creig David.

Luego llegaron las cervezas sin gas, bendito decubrimiento; nuestro amigo Luigi que era como Willy Fog; Carlos, Elena, las turcas y el japonés. Llegó el maratón por el Támesis; la primera cerveza de la mañana y javito haciendo gala de sus habilidades con el ketxup; llegó el primer intento de comer espaquetis en inglaterra y el culo de la camarera; llegó el partido de inglaterra contra sur áfrica, la derrota de los ingleses y más cervezas sin gas para celebrar lo que sea. Llegaron las ganas de vivir y morir en Nothing Hill, de arruinarse en Candem, de hacer más fotos con la puesta de sol...

Y luego llegó la despedida. Capitán y Emperador abandonaron el barco en Picadlly Circus, eso sí, con un abrazo tan grande como ellos. Y Nosotros nos quedamos tan vacios como las maletas. Esa tarde incluso hicimos la siesta y por la noche quisimos recuperarnos intentándolo de nuevo con los espaguetis ingleses.

Aquel lunes las maletas volvieron al aeropuerto muy llenas. El viaje se hizo largo y Javi no pudo ver Londres desde el cielo. Porque en Londres a veces, sólo a veces, llueve.


Merci per aquest vietge. Ha sigut un plaer.

domingo, 7 de octubre de 2007

LA VUELTA AL MUNDO

"Anna, busca la tenda campanya, que divendres marxem a Cadaques". Y así empiezan las cosas bonitas. Así empieza la pequeña habitación con ventana; la cerveza en la playa; el bar de Jannis Joplin; los boquerones del bar de Jannis Joplin; la casa del escritor, con las ventanas rojas; la tienda de campaña; el olor a Dalí; los veleros, aunque no sean mios; el camping gas, la nevera y las hamacas; el coche nuevo; esa cala en el fin del mundo; su equipo de buzo; javi i anna.

Cadaqués en septiembre y septiembre deja de ser septiembre. Fue un poquito como estar en Perugia, aunque llegué sin velero. Fuimos para ver si nos curábamos, que era septiembre y el verano no nos salió del todo bien, porque nos hacemos mayores y asi no hay manera de acabar de ser feliz. Encontramos un poco de aire fresco y nos lo guardamos en los bolsillos para que no se nos perdiera. Y ya estamos en octubre...porque al final siempre llega octubre, claro.

domingo, 23 de septiembre de 2007

sonatas




Era así, el piano iba por su lado y el violín por el suyo y de eso salía la sonata, pero ya ves, en el fondo no nos encontrábamos. Me di cuenta en seguida, Horacio, pero las sonatas eran tan hermosas...


Aunque no salgamos bien en las fotos, melonxuelo.

VIVIENDO DEL CUENTO


El caso es que durante el tiempo que estuve intentando arrancarla de la maldita mesa llegué a una verdad absoluta, de las que martillean la cabeza y se convierten en algo irrevocable: alguien la había puesto allí, para que otro alguien la quitara, y yo era el otro alguien y algún día me encontraría con ese alguien, y me contaría que una vez, en un momento exagerado clavó una chincheta en la mesa de una cafetería pensando que alguien la quitaría y un día se encontrarían....Y se contarían este cuento